Vidas ejemplares: Andoni Sánchez Montepardo

Andoni Sánchez Montepardo nace en Rentería en 1953. Descendiente de una familia humilde se enrola en la marina a la edad de 7 años con el objeto de costear la educación de su perro, Rafael, que tantos poemas le inspiraría pasada su mocedad. Canta, canta, oh Rafael, recita el poeta, canta la tabla del seis.

En los oscuros años de su adolescencia, conoce a la que más tarde sería su viuda y un poco antes su mujer, Maria Elena. Maria Elena frecuentaba la discoteca Elementary de la que Andoni era monaguillo. Comienza así una tortuosa historia de amor, llena de inseguridades de la mujer incapaz de hacer entender al poeta que su perro ha muerto. Una muerte dulce titula Andoni Sánchez Montepardo su tercer y único libro, inspirado en los consejos y cuidados de su amante esposa.

A la edad de 23 años, desatendiendo por completo los cuidados del hogar que le impone su matrimonio y el embarazo de Maria Helena, Andoni decide probar fortuna en los Casinos de Montecarlo, donde en pocos meses se convierte en jugador profesional, y en los bares de copas circundantes donde, también en pocos meses, recibe el carnet de bebedor compulsivo y, posteriormente, el de Hijo Predilecto. Será precisamente en Montecarlo donde reciba su primer galardón de carácter exclusivamente literario, el Prix dex Champions, fomentado por la Asociación de Jugadores, que premió su Toca esa ficha y estas muerto, al considerarlo “la mejor obra jamás escrita bajo el efecto de diez Martinis.” Pierde, sin embargo, el montante conseguido en el Prix dex Champions, tres mil dólares, en uno de sus habituales arrebatos filántropos, al prestar esa cantidad a una chica llamada Aligatora que se contoneaba a su lado. Gana posteriormente el Premio de la Crítica por Destilando liebres adultas, el 1er premio en el Certamen de Poesía de Vinos y Vinicultores por Al Oeste del Sur el Este mantiene el equilibrio, y es despojado del galardón Ora et Labora, al descubrir el jurado que la obra presentada era una copia exacta del Génesis bíblico.

Derrotado, decide regresar al hogar, donde le esperan una mujer y un hijo que aún no conoce. La incertidumbre de su acogida como hijo pródigo impulsa a Andoni a componer novecientas veintiocho baladas en el trascurso de su viaje, poemas éstos que jamás vería publicados, puesto que antes de llegar a la estación de Hendaya, se suicida con una sierra mecánica.

A modo de carta de despedida, quedan para la posteridad sus últimos versos, compuestos en aquel viaje fatal:

Para qué, oh amor, mendigar un hogar

Para qué, oh amor, si tu vientre ya parió

la criatura que no quise alimentar

y tu amado ya no es un campeón.

Autor: The shame of quijote

Su autor: mi mama tiene pis