lunes, agosto 13, 2007

Crónica de un despiporre total


Hoy es 13 de agosto de 2007. He empezado a escribir esto a las 20:35; más que nada porque me acabo de levantar. Parece mentira que hace 4 dias estaba en un coche camino a Mazarrón (Murcia) para poder asistir al festival Leyendas del Rock II. Pero es verdad. Y además lo puedo corroborar (pies llenos de heridas, cabeza dolorida, tienda de campaña sucia y apestosa, una ridicula pulserilla azul...) Ha merecido la pena. Lo mejorcito del panorama rockero español y extranjero ha tocado allí. Grandes joyas como Barón Rojo, Los Suaves o el mítico Rosendo han dejado parte de sus pulmones y sus dedos en extasiarme con su música y hacerme vibrar cual mando de la playstation. El kalimotxo era allí el brabaje que todos ingeriamos para adquirir esa mítica fuerza que nos hacía aguantar durante todo un fin de semana, amén de la cerveza que refrescaba mi dolorida garganta cuando era necesario. Fiesta y música sin igual llegaban acompañados de las gentes más dispares y del compañerismo mas arraigado. Punkies con su música y sus perros. Vascos con su camaradería y su Ikurriña ondeandose al son del heavy. Cientos de manos alzadas con su cornudo vaivén y tipo harto buena gente llamado Fidel Castro (es cierto, vi su D.N.I) Aunque ante todo, tengo que reconocer que todo esto me ha hecho descubrir una cosa que antes no sabía y que sin duda alguna ha merecido la pena hallar; la enorme belleza que esconde Toledo.